domingo, 9 de enero de 2011

COMO DIRÍA MI ABUELA

Pudo haber sido apuesto abogado, futbolista legendario, maíz, guepardo, un microbio de primavera, ladrón de bancos (y solo de bancos), una amapola, pudo haber sido incluso actor de cine o de teatro o luciérnaga u oso pardo, pudo haber sido mujer -mujer bonita, claro; bueno, en realidad casi cualquier mujer hubiera estado bien- o carmín o la aguja de un reproductor de vinilos o pudo ser seda o superhéroe o el gato de una casa con jardín. ¡Pudo haber sido tantas cosas! Y sin embargo, me tocó ser justamente yo, siempre yo. Así que, si me preguntas por la reencarnación, te diré que no te fíes, que, como decía mi abuela, virgencita que me quede como estoy: muriéndome a cada rato.